Así como todas las actividades y áreas de distintos ámbitos, han debido reciclar sus contenidos y adaptarlos a la digitalización, el teatro no es la excepción. La cátedra que se vale de la comunicación verbal, el juego y apuesta a la constante interacción entre pares, hoy lucha por encontrar nuevos rumbos que permitan mantener la magia intacta, viva. Aunque el desafío no es sencillo, Nicolás Torres, Docente del IENM y Carla Iturralde Tejón, del IMVA, relatan como sortean los obstáculos que presenta la virtualidad.
“El teatro es una actividad formativa muy completa, integra muchos aspectos indispensables para la educación, tanto en lo formativo, como en lo lúdico y en lo humano”, señaló Nicolás Torres y continuó: “algo fundamental que se deja de lado, a veces, es que el teatro como lenguaje artístico brinda herramientas y recursos para conocerse más profundamente uno mismo, las propias expectativas, el propio pensamiento, y eso lleva a reflexionar sobre el propio accionar”.
En esta línea, Carla Iturralde Tejón destacó la “creación de mundos posibles”, para que niños y niñas desde el juego, descubran su “potencial creativo” y puedan “desarrollarse en sociedad, aprender desde la inclusión, crear su identidad y experimentar con su cuerpo, tanto en la individualidad y los grupos de trabajo”.
Desde esta base, que reivindica múltiples aspectos positivos, es que debió pensarse una reorganización, una adaptación a las modalidades virtuales. Aunque “cuesta”, según reconoció Torres, estudiantes y docentes asumen los cambios y buscan maneras de enfrentar el contexto actual. “Se hace muy difícil por el carácter fundamentalmente práctico que tiene la disciplina; siempre se trabajó la materia como “grupo” (de hecho, el teatro lo es) y ahora no se puede contar con las principales herramientas que son el juego colectivo, la interacción directa con los pares, el proceso grupal en sí, la presencia del ojo observador del espectador que es parte viva de cualquier experiencia teatral ya que retroalimenta la comunicación que plantea cualquier lenguaje artístico”, explicó el docente.
El hogar como escenario
No obstante, en el IENM se optó por diversas alternativas que permitan continuar con el aprendizaje. Torres indicó que los trabajos varían desde la lectura comprensiva de material teórico o visualización de videos ejemplificadores, hasta la producción de pequeñas obras, en formato audiovisual. También se han desarrollado monólogos y secuencias de acciones, como la grabación de radioteatros con efectos de sonido y música.
Tejón, para el IMVA, utiliza disparadores, consignas o preguntas, que permitan descubrir el potencial artístico, de la mano de las familias. La propuesta pasa, fundamentalmente, por la significación del juego y su desarrollo.
A través de estas modalidades, el propósito es siempre el mismo: “manifestar la percepción que cada uno tiene del mundo que lo rodea, desde lo emocional y vivencial”, expresó Torres y amplió: “es importante trabajarlo de la mano de valores como la sensibilidad, la dedicación, la cooperación y la empatía.
Por su parte, Tejón añadió que “el arte teatral es magia, encuentro, comunicación y libertad”. Esta noción es la que, desde su perspectiva, permite “proyecciones increíbles”. “No implica únicamente actuar, sino que se puede escribir, dirigir, crear, jugar con maquillajes y vestuarios, es esa apertura la que genera un ambiente sano, que permite vincularse con los demás, el juego es un canal para que todo exista”, concluyó la docente.
Teatro en casa
En cuanto a los medios para acceder al teatro desde el hogar, Torres destacó la plataforma Youtube, para buscar fácilmente. También valoró la página Timbre 4, que tiene modalidad “a la gorra”, de modo virtual.
Sin embargo, declaró: “a mí, me parece preferible leer obras de teatro que verlas en pantalla, el teatro no está diseñado ni pensado para verse en pantalla, a diferencia del cine; son medios totalmente distintos, así que recomiendo más leer teatro y en todo caso si quiero ver algo, optar por el cine, por películas”. Tejón, por su parte, precisó las obras “El andén de los muñecos”, disponible en Youtube y “El último refugio”, a través de la misma plataforma.