Relatos en tiempos de pandemia

Mientras en la actualidad, la premisa de aprender en casa es la única alternativa, surgen a la par miedos, conflictos y desafíos hasta ahora desconocidos. En este panorama de incertidumbres, Mariela Split, docente del Nivel Primario, insertó su relato, que permite visibilizar las diferentes realidades a las que muchos niños están expuestos. De esta manera, también Split planteó que el presente es “solo otra manera de encontrarnos”.
El cuento se denomina “Hoy te quiero regalar una historia” y lo leemos, a continuación.


Hace un tiempo atrás un viaje me llevó a cruzar las yungas argentinas, sí aquella selva de montaña tan imponente y llena de vida. En el camino me crucé con un niño, ¿qué hacía un niño tan pequeño solo  en medio de una selva?  Venía caminando junto a su morral y  su perrito. No podía seguir camino sin preguntarle hacia dónde iba. Paramos a la orilla del camino y después de un saludo algo tímido, el niño del morral contestó  mi pregunta: ¿Hacia dónde vas?  Voy a mi escuela, contestó.  Yo sabía que la escuela no estaba a la vuelta de la esquina así que lo invité a subir para acortarle el camino.

Subió con su perrito y su morral, se acomodó entre bolsos y mercadería que llevábamos en la caja de la camioneta y con el viento en el rostro, acariciando a su perro siguió el viaje.  Una sonrisa se dibujó en su rostro, cuando llegamos al valle donde de a poco y como sacado de un cuadro, se divisó la estructura de la escuela. Bajó junto a su morral y su perrito, corrió hacia la entrada  donde había varios niños, no sin antes darse vuelta y decirnos adiós.

Me fui a dormir esa noche con esa sensación extraña, un niño en medio de la nada…pensé para mis adentros, yo sabía de costumbres y caminos del lugar, aun así mis pensamientos estaban latentes.

Al día siguiente salimos a recorrer el valle, en él hay una comunidad Coya muy pequeña, que vive rodeada de un mágico paisaje. Me gusta mucho estar allí, solo se siente el ruido del agua que choca en las piedras y del viento que trae aromas de campo, aromas de vida, pero ese día en particular un ruido poco convencional irrumpió en el cielo.

 Un helicóptero, gritó un pequeño desde la ventana de su rancho de adobe y paja, no sé en qué momento y de donde salieron tantos niños, pero allí estaban corriendo para llegar y ver esa gran máquina que sobrevolaba el lugar y que en solo en unos instantes bajó en el patio de la escuela.

Todos los niños corrían, querían saber quiénes habían llegado, qué noticias traían, claro en ese mágico lugar no hay luz eléctrica, ni señal de internet, ni teléfonos celulares… los niños se alegraron con la presencia de unos gendarmes que llegaron trayendo a bordo a unas de las maestras de la escuela y al enfermero del pueblo.

Corrí junto a ellos, claro llegué agotada, no tengo la habilidad de correr en la montaña…pero al llegar mis ojos se detuvieron nuevamente en un niño, el niño del pequeño morral  y su perrito. Estaba allí junto al helicóptero asombrado de verlo, se reía y corría alrededor de él. Cuando finalmente subió nuevamente a los cielos, el niño se acercó y me dijo: “usted sabe qué es eso que recién se fue”, por un momento me paralicé no sabía si darle una respuesta o negarme ante ella. Por fin dije, no, no sé que es eso y entonces el niño del morral con su pequeño perrito dijo: Es el ave del cielo que nos trae a la señorita para que podamos aprender.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, escondidas, le sonreí entonces y le dije: Vaya que ave tan pero tan importante.

El niño, es un niño de la montaña, vive con su abuelita en tiempos de lluvias y cuando en abril, quizás mayo, las aguas se calman, llega con su perrito y su morral a la escuela, donde permanecerá estudiando hasta el día en que el ave del cielo llegue y se lleve a su señorita.

Quise recordarles esta anécdota, real, porque son muchas las maneras en que los niños de nuestro país se encuentran con sus estudios, al niño del morral le toca aprender junto a su maestra en tiempos de otoño hasta los tiempos en que las flores vuelven a nacer, quizás hay otros niños con otras formas y vivencias también muy diferentes.

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