¡Gracias Josefina!

Este 12 de mayo se cumplen 102 años del nacimiento de Josefina Valli de Risso. Hoy, revivimos parte de su legado y su historia, marcada por sus propias creencias, la educación como la base de un país. Sus sueños la llevaron a brindar el apoyo a su familia en la conformación de la Fundación integrada por los colegios IENM e IMVA, con el objetivo de educar en todos los niveles.


En numerosas ocasiones se insistió en el hecho de que describir a Josefina Valli de Risso, “Pocha” como la gente usualmente la llamaba, no era tarea fácil. Ella fue custodia de la continuidad de la educación como base de la vida, actitud que la llevó a impulsar la creación de los colegios que hoy conforman la fundación que lleva su nombre.

La creación de la Fundación se remonta Marta Cristina Parisi, quien había pedido colaboración a la familia Risso con respecto al Nuevo Milenio de Unquillo ya que por problemas edilicios la escuela estaba cerrando. De todos modos, gracias a la experiencia de vida de Josefina, y a la importancia que ella le daba a la educación y a las iniciativas sociales, se incentivó el proyecto institucional de gran magnitud, emprendido por sus hijos, el Instituto Educativo Nuevo Milenio.

Josefina Valli de Risso, fue descripta por sus seres queridos como una persona estricta y determinante, también pionera y rebelde para su época. Mantuvo las ideas y los principios como la honestidad y la justicia, en una línea recta e inquebrantable al igual que su amor por la familia.

“A pesar de su carácter fuerte para enfrentar muchas vicisitudes tenía siempre un gesto afectivo y cariñoso para todos. Lectora por excelencia, leía sin anteojos y le apasionaba la historia, la actualidad, tanto nuestra como la de otros personajes destacados, leía diarios y libros”, rememoró Marta Cristina Parisi en diálogo con Periódico El Milenio.

Cabe destacar y recordar su entereza para la vida. Josefina tuvo que convertirse en una mujer autodidacta, terminó el nivel primario y aunque ella quería seguir estudiando, su familia no se lo permitió porque debía viajar a Córdoba, cuestión complicada en ésa época.

A su vez, durante aquellos años en Unquillo no había muchas posibilidades. Entre sus recuerdos siempre permaneció el deseo que manifestaba desde su niñez de estudiar. Su formación intelectual la realizó gracias a su amor por la lectura.


Josefina Valli de Risso, «Pocha» como muchos la recuerdan, y sus principales amores en la vida, sus hijos.


Ya en 1939, llegó el servicio telefónico a Unquillo de la mano de Roberto Risso. «Josefina Valli fue una pionera en muchos aspectos y una rebelde para la época. Esto se debió a que, en los primeros tiempos, cuando era extraño que las mujeres realizaran trabajo fuera de su casa, mi mamá se atrevió a trabajar en una oficina pública, a traspasar esa línea, cuando los derechos de las mujeres aún estaban lejos de existir”, expresó su hija Graciela Risso sobre el trabajo de Josefina, la primera mujer en ofrecer sus servicios a la telefonía, que contaba con un imponente desarrollo en aquel entonces.

Años más tarde impulsó el desarrollo organizacional de la Fundación y su estatuto, y transmitió el sentido de la responsabilidad en todos los profesionales que forman parte de la misma. El legado de esta gran mujer no culminó con su partida, sino que permaneció (y permanecerá) en las bases que sembró y cosechó entre su familia, amigos, y en la comunidad educativa que tanto la recuerda.

Aprovechamos la ocasión para compartir una entrevista única realizada por estudiantes del Instituto Educativo Nuevo Milenio, donde Josefina cuenta en primera persona parte de la historia de su vida.


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