Espíritu Olímpico

Estudiantes del Instituto Educativo Nuevo Milenio de Unquillo y del Instituto Milenio de Villa Allende, sumados a las escuelas Castell Franco y Dante Alighieri, participaron en los “Juegos Escolares de la Juventud”, que tuvieron lugar en João Pessoa, Brasil. Nancy Monserrat, profesora de educación física dialogó con El Milenio sobre esta importante experiencia.

Por Ignacio Parisi (Periódico El Milenio) 

Colaboración: Gaspar Mengarelli y Nicolás Dacunte. 4to “b” IENM

BRASIL – Los Juegos Escolares de la Juventud en Brasil representan un proceso deportivo que lleva 20 años potenciando jóvenes atletas brasileños que en diversos casos han alcanzado grandes triunfos posteriormente en los Juegos Olímpicos. Esta competencia reúne a miles de chicos alrededor de Brasil, promocionando talentos con futuro en las grandes citas del deporte mundial.

En este caso la competencia fue en Joao Pessoa con alrededor de 3000 chicos de 12 estados de Brasil, a los cuales se sumaron las invitaciones a jóvenes de escuelas argentinas. En este sentido Nancy Monserrat explica: “Fueron 6 chicos de los Milenios, 3 del Milenio de Unquillo y 3 del Milenio de Villa Allende, 5 de la escuela Castell Franco y 1 de la escuela Dante Alighieri. Son como Juegos Evita pero con mayor nivel. Cada ciudad hace una selección con alumnos de distintas disciplinas. Se hizo natación, ciclismo, judo, gimnasia rítmica, atletismo y futsal.”

Siguiendo esta línea Monserrat afirma que la experiencia fue a un “nivel olímpico”, haciendo referencia no solo a la dificultad de las competencias sino a la rigurosidad de los entrenamientos para todas las disciplinas. En ese sentido la profesora agrega: “Es realmente muy bueno el sistema, y la organización. Trataban al entrenador como corresponde fuera del campo de juego, los chicos tenían que presentar su credencial ya que sin ella no podían participar. Había gran cantidad de árbitros, que si bien son jueces duros y rigurosos conducían a los jóvenes con mucha escuela”.

Por último aunque no menos importante se destaca la experiencia. Al respecto Monserrat sostiene que se trató no solo de una gran experiencia deportiva para los alumnos, sino fundamentalmente un gran aprendizaje humano. “El objetivo fue que mejoren sus propios tiempos y la mayoría lo logró. La diferencia es que si vos corrías en 12 segundos, el brasilero corría en 10, y eso genera una clara diferencia. Entonces los chicos decían que salían últimos pero en realidad el tiempo que alcanzaban era igual o el mismo del de cada uno”, concluye Nancy Monserrat.

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